17 de mayo de 2013

URUGUAY - MAESTRA DE 100 AÑOS DE EDAD FESTEJA CON SUS ALUMNOS ... DEL AÑO 1932




17/05/2013


Uruguay :


María del Carmen Picarelli recibió a sus ex alumnos, que ya tienen 80 años


La maestra de los abuelos cumplirá 100



María del Carmen Picarelli es "la joyita de la generación de alumnos de 1932" de la Scuola Italiana 


Mañana cumple 100 años y sus alumnos de aquella generación, que hoy tienen 80, la fueron a visitar. No faltaron las anécdotas y los recuerdos





La maestra centenaria con los alumnos de la generación de 1932. Foto: Francisco Flores


Por  Gastón Pérgola



Nació el 18 de Mayo de 1913.

Con 20 años (en 1933) ya era maestra de escuela.

Y hoy, 80 años después, mantiene una lucidez y memoria prodigiosa; se acuerda de los nombres, apellidos y rasgos de sus alumnos y tiene presente cada una de las enseñanzas que les brindó.

La semana pasada, un grupo de la generación del año 1932 de la Scuola Italiana, que todavía mantienen un fuerte vínculo, la fueron a visitar a la residencia de tercera edad donde está alojada desde hace unos años.

"Es nuestra joyita", repite con emoción Mario Casagrande (81 años), frente a la maestra centenaria.

"Nosotros somos unos viejetes, abuelos y bisabuelos, que hoy en día seguimos teniendo con nosotros a nuestra maestra, a esta joyita  ¿ Te das cuenta ?"

"Con la velocidad de la sociedad moderna donde se pierden muchas cosas, entre ellas los cariños y los afectos, nosotros seguimos teniendo acá a nuestra Carmencita", profundiza Mario, ya emocionado.

Ella responde con ironía: "Siempre fuiste un adulón, Marito", le dice, provocando la risa de todos los presentes. En ese momento, sus alumnos la rodean, mientras ella les acaricia la cara y les toma la mano.

"Qué lindo que están acá todos mis niños. Son tan amorosos. Ellos son mis niños", aclara, como si esos 80 años que pasaron, hubiese sido ayer.

Mientras conversan llega otro de sus "niños", Nubio Desiderio, de 82 años.

"Ahí viene otro, Carmen", le dice uno de los presentes. A ver... ¿ quién es este ?, pregunta la maestra con entusiasmo, esperando a que se le acerque más para verlo bien.

"Desiderio", grita uno de sus compañeros de escuela, y la maestra, enseguida, reacciona: "¡ Nubio ! pero qué amor. El de los ojitos grandes".

Los presentes confirman lo que está a la vista.

La maestra centenaria tiene una lucidez y memoria prodigiosa.

"Está impecable. No usa pañales, no tiene presión, camina derecha, lo único es que está un poquito cieguita, pero después está fenómena", dicen sus alumnos con mucho orgullo.


Enseñanza 


La quieren como si fuera una madre, y así se lo demuestran.

En los hechos, todos afirman que es su segunda madre. No le pierden el rastro y se organizan para ir a verla.

"Fue nuestra maestra de cuarto de escuela, se hacía querer montones. Uno aprendía de verdad. Éramos niños y, sin embargo aprendíamos todo con gusto, con placer y era porque ella lo hacía con gusto tremendo", contó Ricardo Bello (80) a El País, otro de sus alumnos.

Cuando una funcionaria de la residencia sugiere pasar a una sala más cómoda para comenzar con la entrevista, la maestra es la primera en poner orden, con humor :

"Bueno, voy a pasar la lista a ver si están todos. Casagrande, Bello, Desiderio... y acá quién está. ¿ Sorrenti ? Es Sorrenti... siempre fuiste el más chiquito de todos. Y también está Bilardo. Qué pícaro que eras", describe.


Otra época




."Yo empecé a dar clases con 20 años. Me recibí joven porque había menos años de estudio en esa época. A los 20 años ya estaba en la Scuola Italiana, en la vieja Scuola, de Uruguay y Magallanes, dando cuarto año de escuela", se presenta Carmen a El País, que mañana cumplirá 100 años.

"¿ Un privilegio ? No sé si es un privilegio llegar a los 100 años. Es cierto que uno acumula recuerdos... y muy lindos. Salvo las pérdidas de vida de las personas queridas, lo demás fue todo un camino feliz, con gente que me ha querido mucho", afirma la docente.

El respeto y bondad entre maestra y alumno, el compromiso de los padres en la enseñanza de los hijos y la obediencia eran moneda corriente, recuerda María del Carmen.

"Ellos me decían señora Picarelli. Hoy, por los cuentos que me hacen, los muchachos le dicen `che, maestra`" a su maestra, opinó. Y no faltaron más anécdotas al respecto.

"Cuando había que ir a buscar más tiza o borrador a otra clase o a la sala de maestros, al reingresar teníamos que golpear la puerta antes de entrar", recordó Bello.

Sin embargo, lo peor era la expulsión de clase.

"Si bien era algo innato portarse bien, no quería decir que uno siempre se portara bien. Si a uno lo expulsaban de clase ¡ Madre mía ! ¡ Qué nervios ! Que nos viera el Director y nos pregunte qué hacíamos fuera de clase. Eso ya ameritaba que al otro día tenía que venir el padre o la madre a notificarse del hecho", planteó.

La maestra es consciente de que los tiempos han cambiado :

"La verdad es que ellos se portaban muy bien, no eran chiquilines de esos revoltosos, eran muy educados, era otra época, se impartía mucha disciplina. Estábamos en plena guerra en Italia. Yo los quería a todos", dice mientras palmea la mejilla de uno de ellos.

"Antes había valores, respeto, los chiquilines eran divinos, los padres más divinos, porque los apuntalaban y con el maestro le marcábamos el camino correcto. Hoy, no sé si por comodidad o por creerse más modernos, les permiten muchas cosas a sus hijos", reflexiona María del Carmen ante el silencio de todos sus alumnos.

Ricardo Bello, que decidió seguir los pasos de su maestra, y también ejerció la docencia, comparó lo que vivió en sus épocas de estudiante y lo que le tocó vivir como profesor de Física en sus años de profesión.

"Antes, cuando uno no estudiaba, por lo menos, se escondía tras la espalda del compañero que estaba adelante, en el banco, porque hasta le daba un poco de vergüenza y se ponía nervioso. Hoy día… lo que a mí me tocó vivir en los últimos años de docencia… les preguntaba por qué no habían estudiado, después en el recreo los agarraba aparte, y me respondían: `Qué me importa, si no me interesa`".


Una vida 


Son varios los acontecimientos históricos en Uruguay que recuerda la maestra María del Carmen, con mucha claridad.

Desde la construcción del Palacio Salvo, la inauguración del monumento de Artigas en la Plaza Independencia, hasta el hundimiento del Graf Spee, y la gloria olímpica celeste del año 1928.

"En 1924 era muy chica, tenía 11 años, pero de Uruguay campeón olímpico en 1928, ya era quinceañera y me acuerdo que salimos a festejar a 18 de Julio con un grupo de amigas... a gritar por Uruguay. Y fui a algunos partidos en 1930", contó.

"Mirá otra cosa... tenía diez años de edad cuando se inauguró el monumento de Artigas (1923), de la Plaza Independencia… y de eso me acuerdo muy bien. De haber visto a Zorrilla de San Martín con los dos brazos así (y los levanta) recitando… fue muy emocionante".

.".. Y al Graf Spee lo vi hundirse. Vivía a una cuadra de la rambla, en Malvín. Llegaba a mi casa una tarde y vi como ya se estaba hundiendo. Fueron cosas fuertes", concluye la maestra, frente a sus "niños".

"No sé cuánto más me quedará, pero mientras... ellos serán mis niños".


PERFIL


Nombre: María del Carmen Picarelli.

Nació: Montevideo.

Edad: 99 años.

Datos: Hincha de Peñarol.
Futbolera y peñarolense

Una de las anécdotas que cuenta la maestra de 100 años es cuando asistió a un homenaje en el teatro 18 de Julio a José Antonio Piendibene (nacido en 1890), goleador histórico de Peñarol.

"Se retiraba del fútbol y los Peñarolenses llenamos el teatro. Había unas banderas de Peñarol hermosas que colgaban de los palcos. Mi padre nos llevó a toda la familia a ver a Piendibene", recuerda María del Carmen con orgullo.

El Jueves 30 de Mayo, la Scuola Italiana de Carrasco, tiene previsto realizarle una homenaje por sus 100 años, entre los que cantará el coro de la escuela.

(Fuente : elpais.com.uy)

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