6 de octubre de 2013

ARGENTINA Y URUGUAY : EL FIN DE 'PEPE Y CRISTINA' - ¿ LAMENTABLE ?




06/10/2013


EDITORIAL DEL DIARIO 'EL PAÍS' DE MONTEVIDEO


El fin de "el Pepe" y Cristina



La política de "mi amigo Pepe" con la presidente argentina Cristina Fernández de Kirchner fue un rotundo fracaso.


Se le advirtió en reiteradas ocasiones que se trataba de una mujer mala, que no tenía ningún cariño ni simpatía por Uruguay, que a lo sumo nos consideraba una provincia más.


No hizo caso y pecó de ingenuo, porque no tenemos dudas de que actuó de buena fe, convencido de que defendía los intereses del país, aunque pésimamente asesorado por la Cancillería y la embajada uruguaya en Buenos Aires.


Que los lectores hagan uso de su memoria y piensen si se logró que alguno de los reclamos que se plantearon fue concretado.


Si hubo alguna señal de solidaridad para ayudar a solucionar algún problema en los múltiples organismos bilaterales que integran ambos países; si hubo alguna concesión o trato especial por nuestro carácter de vecinos y los lazos históricos que nos unen. Nada de nada.


Allí siguen trancados los proyectos para el dragado de Martín García y el río Uruguay; allí siguen trancados los esfuerzos inversionistas para ampliar el puerto de Nueva Palmira,


Allí siguen trancadas las negociaciones para atemperar el efecto de las trabas a la importación de productos uruguayos;


Allí siguen amenazantes los piquetes sobre el puente San Martín para impedir el tránsito de turistas.


Eso sí, este gobierno (de Uruguay)  votó -obsecuente- con su mayoría automática una ley para intercambiar información tributaria con la voraz y desfinanciada impositiva argentina que provocó temor en inversionistas.


Muchos hicieron sus valijas para impulsar el desarrollo de Miami, y la construcción (con todas las fuentes de trabajo directo e indirecto que significa) bajó sus decibeles en el país. Pero fue un gesto cariñoso hacia la Casa Rosada.


CFK usó y abusó del presidente Mujica.


Le daba rédito político aparecer en estrados y fotos con un personaje de pasado guerrillero (o terrorista), que practicaba una filosofía ramplona y de sesgo popular.


Que no vivía pendiente del implacable dictamen del espejo, sino que lucía orgulloso su desaliño.


Que se había ganado la simpatía de los argentinos y la curiosidad y sorpresa del mundo por su estilo de vida.


Lo que "el Pepe" no avizoró, fue que esa situación provocaba celos y envidia en alguien que, por el contrario, era rechazada por su terquedad y su soberbia.


Y así fue que "el Pepe" se prestó a ese juego como simple comparsa (¿ o qué fue, por ejemplo, la formidable farsa del "tren de los Pueblos Libres" ?); tal vez pensó que las muestras de simpatía eran sinceras y podría lograr que la presidente respetara los derechos de nuestro país, libre, independiente y soberano.


A Tabaré Vázquez le llevó un par de meses entender cómo funciona el kirchnerismo.


A Mujica cuatro años, hasta que al fin comprendió.


Cuando se olvidó de "el Pepe" y actuó como Presidente de la República Oriental del Uruguay, se terminó la almibarada y falsa relación que habían propiciado CFK y su tortuoso canciller. Provocó la furia por el desplante y hasta cola para "pegarle".


Allá enfrente saben de sobra que UPM no contamina, a diferencia de las vetustas y obsoletas plantas argentinas. Tienen los informes de laboratorios canadienses.


Que no se rasguen las vestiduras, porque no son creíbles. Porque si UPM contaminara, ¿ Cuánto hubiera demorado Timerman en divulgar los resultados en lugar de ocultarlos ?


Y si UPM no contamina, ¿ Por qué no se puede aumentar su producción y defender el trabajo y los recursos nacionales ?


¿ Que el gobierno argentino amenaza con ir nuevamente a la Corte de La Haya ?


¡ Por favor !, que nadie piense que son tan tontos y, pasado el tiempo electoral y asegurados los votos de los Entrerrianos, ello va a quedar cajoneado.


Saben que no tienen razón, como ya lo han dicho los ex cancilleres Didier Opertti y Sergio Abreu, que no son precisamente Almagro.


La actitud soberana del Presidente Mujica devuelve a los uruguayos la dignidad perdida. No ha sido agradable observar a nuestro Presidente corretear detrás de una señora soberbia en busca -infructuosa para peor- de que se respeten nuestros derechos.


Eso ha sido una bofetada a la magnífica y eterna amistad con el pueblo argentino, que está por encima y nadie ni nada la puede afectar.


Pero, como decía nuestro prócer, José Artigas, en carta fechada el 25 de diciembre de 1812, denominada la Precisión del Yí:

"El pueblo de Buenos Aires es y será siempre nuestro hermano, pero nunca su gobierno actual".


Doscientos años más tarde, sigue vigente.

(Fuente : elpais.com.uy)

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