26 de octubre de 2014

Argentina - Salta - Voluntad Inquebrantable - Médico Parapléjico trabaja exitosamente y salva vidas - Médico Cirujano volvió a operar pese a estar parapléjico debido a un accidente





Tener una excelente familia y muy buenos compañeros es muy importante


Pero lo más probable es que la familia y los compañeros se conviertan en maravillosos apoyos cuando alguien tiene el coraje de este cirujano de Orán



26/10/2014





Basilio Torres opera a un paciente, secundado por todo su equipo 




Argentina


Una lucha de la voluntad y el corazón

 
Por  Andrea Silvera 



Hace unos años sufrió un accidente que mató sus piernas, pero no en espíritu.


"Si no se vive para los demás, la vida carece de sentido". 


Estas palabras parecen ser una consigna en el devenir de Basilio Torres, un urólogo cirujano que quedó en silla de ruedas luego de sufrir un trágico accidente en 2011, circunstancia que no le impidió seguir en la lucha diaria de ayudar a los demás. 


Con 52 años, Torres comenzó una nueva vida y ha luchado para superar las limitaciones propias y ajenas mediante una fórmula sencilla : ayudar a los demás para ayudarse a sí mismo.


Parece que lo ha conseguido, tanto en su vida profesional como personal.


Todo comenzó el 24 de Diciembre de 2011, una fecha donde casi nadie quiere viajar trasladando a un paciente crítico, pero el se ofreció.


Cuando regresaba a Orán, para festejar la Navidad con su familia, su vida cambió para siempre.


A la altura de Pampa Blanca, en Jujuy, la ambulancia en la que el médico viajaba, protagonizó un trágico accidente.


Fue en la madrugada, Basilio lo recuerda como si fuera hoy.


"Yo estaba duro, tendido en la banquina, y sabía que tenía una lesión grave, porque no sentía nada de la cintura para abajo".


Llamó a su esposa mientras era trasladado al hospital Pablo Soria, de Jujuy.


"Desde la madrugada de ese fatídico día, Cecilia no se separó nunca de mí", recuerda emocionado.


Desde allí fue trasladado a Salta, donde los estudios confirmaron que había quedado parapléjico debido a un severo traumatismo raquimedular.


Fue intervenido quirúrgicamente y estabilizada su columna para luego ser trasladado al centro de rehabilitación Fleni, de Buenos Aires, donde pasó once meses internado.


"Fue todo muy difícil, me he sentido triste mucho tiempo, me angustiaba saber cuál sería el destino de mi familia, pero las muestras de afecto y solidaridad de la gente de Orán me sorprendían todos los días. Me llamaban, me mandaban cartas e, incluso, he recibido ayuda económica hasta del personal de maestranza del hospital", cuenta emocionado.


Con el apoyo de mucha gente solidaria, pudo dejar los problemas económicos de lado y concentrarse en su rehabilitación.


"Por mis hijos y Cecilia decidí salir adelante", dice. 


Casi un año después volvió a Orán, en silla de ruedas.


"En algún momento tuve la esperanza de volver a caminar, pero pronto me di cuenta que mi realidad sería otra", expresa con un nudo en la garganta.


Basilio Torres volvió al hospital el 5 de Noviembre de 2012 y se reincorporó a su trabajo como médico urólogo.


Nuevamente la solidaridad y generosidad de sus compañeros y colegas jugaron un papel importante en su reinserción.


"No puedo expresar lo que sentí cuando volví al consultorio, mis compañeros nunca se olvidaron de mí, estaban más presentes que nunca", cuenta.


Un año después había cosas que como profesional no podía realizar, después del accidente; sólo realizaba consultas médicas pero nunca más había entrado a un quirófano, luego de 30 años de realizar cirugías.


Hasta que llegó a la ciudad un nuevo profesional de la misma especialidad: Alberto Minetti.



Este profesional, no sólo compartía la especialidad de urología sino la pasión por trabajar en el quirófano y, después de animarlo y alentarlo, Basilio perdió el miedo y desde Abril de 2013 aceptó el desafío.


Nada era fácil, ya que ningún quirófano está preparado para que trabajen personas con discapacidad, había un obstáculo más que el doctor tenía que superar, la silla de ruedas lo limitaba en muchos aspectos de su vida laboral.


"Gracias a la ayuda del personal de maestranza improvisamos una camilla, la acondicionamos a la altura de la silla", comenta.


Desde entonces a la fecha realizaron más de 100 cirugías exitosas, tanto en el hospital como en el ámbito privado.



Su esposa e hijos, un apoyo incondicional



Basilio no estuvo solo frente a la adversidad, su familia le devolvió el sentido a la vida.
Sin el apoyo de su familia, Basilio no sabe si habría podido vencer a la adversidad.


Cecilia, su esposa, es Licenciada en Marketing pero resignó todo para estar junto a él y se convirtió, no solo en la acompañante emocional, sino en una asistente personal :


“Ella no me abandonó nunca, desde ese día fatídico que nos cambió la vida a todos nunca me soltó la mano, sé que no hubiera logrado estar donde estoy sin ella”, afirma Basilio.


Cuando ocurrió el accidente sus dos hijos, Ricardo (28) y Jimena (27), eran estudiantes universitarios en Rosario de Santa Fe; ellos también tuvieron que acompañarlo.


Jimena retomó sus estudios y está próxima a recibirse de Licenciada en Nutrición.


Para Ricardo las responsabilidades fueron otras :


“Él se quedó en Orán, ayudándonos”, recuerda Basilio y completa :


“En un principio se quedó a cuidar la casa y hoy cumple un rol fundamental en mi vida, él me ayuda en cada situación de la vida cotidiana, hasta se levanta a la madrugada a rotarme en la cama. Es un gran compañero”.



Aún tiene temores



Aunque se sigue preguntando “por qué le toca atravesar esta situación” no deja de dar batalla.


Hoy su gran miedo es el futuro de su familia.


Necesita garantizar la realización de sus hijos y su esposa, que dejó todo para acompañarlo en este duro proceso.


“Si a mí me pasa algo mi familia se queda en la calle”, dice.


Con su familia vive en una casa del Ministerio de Salud, por ser empleado del hospital.


Pese a su condición nunca resultó adjudicado de una casa del IPV (Instituto Provincial de la Vivienda)


(Fuente : http://www.eltribuno.info/una-lucha-la-voluntad-y-el-corazon-n457866)

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