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30/05/2012
Bruselas no logra frenar el vendaval
Por Claudi Pérez - Bruselas
Lo importante y lo urgente
España se hunde en la recesión y tiene serias dificultades con su deuda pública: eso es lo importante.
Y esto es lo urgente: Madrid tiene un problema mayúsculo en la Banca, que necesita dinero público por la vía rápida para taponar las vías de agua que han dejado el sonoro pinchazo inmobiliario y la esperpéntica nacionalización de Bankia.
En Bruselas y en las capitales europeas sube como la espuma la opinión de quienes consideran que el Gobierno de Rajoy puede verse abocado a solicitar una intervención europea porque el tiempo se echa encima sin que se vislumbre nada parecido a una solución para el sistema bancario, que va a requerir fondos públicos a paletadas.
Frente a ese veredicto, la Comisión Europea dio este miércoles algo de aire a España, protagonista absoluto de la crisis europea en este momento, al conceder un año más con condiciones para rebajar el déficit al sacrosanto 3% del PIB.
Un año extra para la parte importante del problema, la fiscal. Pero nada de nada para lo urgente.
Los mercados penalizaron la falta de soluciones definitivas a una crisis que ha dejado de ser fiscal y financiera para convertirse en eminentemente política.
La prima de riesgo, el sobrecoste que exigen los inversores al bono español a 10 años frente al alemán, alcanzó los 540 puntos básicos, un nuevo máximo histórico de esta medida de la solvencia de la deuda soberana española desde que existe el Euro.
Hay que remontarse a 1993 para encontrar niveles similares.
El tipo de interés de la deuda a 10 años llegó a tocar el 6,7%. Y aun así, todavía hay algo de margen.
Pero no demasiado: el bono italiano alcanzó el 7,5% justo antes de que Europa exigiera la salida de Silvio Berlusconi del Gobierno; y los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal se produjeron en torno al 8,5%.
A falta de una, España tiene todavía otra segunda prima de riesgo: la cotización de Bankia, portada de los grandes medios internacionales a diario.
La antigua Caja Madrid de Rodrigo Rato llegó a caer este miércoles cerca del 15% y cerró con un descenso superior al 8%.
Los problemas se acumulan: al terremoto diario causado por Bankia se suma la reciente dimisión del Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, con la credibilidad del supervisor en caída libre tras las críticas del propio Gobierno.
El BCE contribuyó al caos con un cruce de notas de prensa en las que, a la postre, venía a confirmar que no es partidario de recapitalizar Bankia y el resto de las entidades que lo necesiten con deuda pública, tal y como pretendía en principio el Gobierno.
El agujero puede ascender a algo más de 50.000 millones de euros, según distintas fuentes, aunque esa cifra es aún aventurada.
"O el sector financiero español consigue ese capital, algo improbable, o el Estado inyecta fondos públicos, algo que parece difícil en este momento de desconfianza con todo lo que huela a España, o será imposible evitar un rescate europeo que gana enteros a cada día que pasa", explicaron fuentes financieras en Washington.
Cuando la prima de riesgo llega a los 200 puntos, se enciende la señal de advertencia. A los 400 suenan las alarmas. A los 600 es el fin, y España lleva varios días acercándose peligrosamente a esa cota.
Durante unos minutos se abrió el cielo para el riesgo país español: Madrid quiere evitar a toda costa pedir el dinero a Europa por el estigma que eso supone.
Los fondos internacionales huirían de España inmediatamente en busca de refugios más seguros; ni siquiera sería descartable un pánico bancario en ese caso, según los expertos más agoreros, que son cada día más.
Nuevos sacrificios
La confianza duró lo que tardó el Vicepresidente Olli Rehn en cortar de raíz esa opción: "Las inyecciones directas a los bancos no son posibles actualmente", zanjó.
Alemania (y otros países) no quiere oír hablar de esa posibilidad.
A falta de respuestas para los problemas urgentes, al menos hubo un gesto para lo importante.
"España tendrá un año más para cumplir con el déficit", dijo Rehn, tal como había avanzado este periódico.
Un año más con unos cuantos condicionales: siempre que Madrid presente un plan presupuestario bianual, para 2013 y 2014, y apruebe nuevos sacrificios en el ámbito de la reforma laboral y de las pensiones, suba el IVA y consiga controlar el gasto en las comunidades autónomas, entre otras muchas medidas.
Como de costumbre, vale ese adagio tan europeo del "demasiado poco, demasiado tarde": la crisis se complica para España y desde el FMI a la UE, pasando por Berlín, cada vez se ve más posible una intervención europea.
Hay que esperar que de las elecciones en Grecia no salga un Gobierno contrario a los acuerdos con la UE para tranquilizar a los mercados.
Hace falta también nombrar un nuevo Gobernador para el Banco de España y sobre todo algo creíble para garantizar que el Gobierno tiene el dinero disponible para cuando se conozca el examen final a la banca, en los primeros días de julio.
"Allá donde hay peligro también surge la salvación", dice un verso de Hölderlin, tan alemán como el BCE, probablemente la única institución que de veras tiene algo parecido a una posibilidad de salvación para España.
(Extraído y resumido del diario El País de España)
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