21 de septiembre de 2012
ARGENTINA : LOS JEFES MONTONEROS GANARON MILLONES DE DÓLARES COLABORANDO CON LA ÚLTIMA DICTADURA MILITAR - AHORA SON PARTE DE LA "DIKTADURA K"
EN EL AÑO 2003 SE INICIÓ UN JUICIO SUMAMENTE IMPORTANTE
SE JUZGABA A LOS JEFES MONTONEROS FIRMENICH, VACA NARVAJA Y PERDÍA POR SER COLABORADORES DEL GOBIERNO MILITAR QUE SE INICIÓ EN 1976
ESTE JUICIO HUBIERA DEMOSTRADO QUE ESTOS EX MIEMBROS DEL GRUPO NAZI TACUARA NO SE CONVIRTIERON MÁGICAMENTE EN LOS "ULTRA-IZQUIERDISTAS" MONTONEROS
SIEMPRE SE DIJO QUE FIRMENICH, PERDÍA, VACA NARVAJA Y OTROS JEFES MONTONEROS HABRÍAN PREPARADO LAS LISTAS DE QUIENES LUEGO SE CONVERTIRÍAN EN "DESAPARECIDOS"
AL ENTERARSE DE ESTO Y HACERLO SABER, FUERON SECUESTRADOS Y ASESINADOS ELENA HOLMBERG Y OTROS DIPLOMÁTICOS
PARA QUE NO SEA DESTRUIDA LA SUPUESTA HEROICIDAD DE LOS MONTONEROS, LOS COLABORADORES DE LA DICTADURA NÉSTOR KIRCHNER, SU HERMANA Y SU ESPOSA FRENARON EL IMPORTANTE JUICIO DEL AÑO 2003
EL KIRCHNERISMO ES LA CONTINUACIÓN HISTÓRICA DE LOS MONTONEROS : UN VIOLENTO GRUPO FASCISTA ENTREGADOR DE MILITANTES IZQUIERDISTAS ...
AHORA DE A POCO VAN ASCENDIENDO AL JEFE MONTONERO VACA NARVAJA QUIEN YA ES MINISTRO EN RÍO NEGRO Y LUEGO PASARÍA A SER FUNCIONARIO DE CRISTINA KIRCHNER
TAMBIÉN SE RUMOREÓ HACE UNOS MESES QUE SE LLAMARÍA A FIRMENICH PARA ASESORAR A "LA CÁMPORA" ... ¿ LO ESTARÁ HACIENDO ?
"Firmenich era un informante del Ejército desde 1973"
Por Hugo Alconada Mon
Martin Edwin Andersen fue corresponsal del Washington Post en la Argentina durante los peores años de la dictadura, además de colaborar luego con el Congreso de los EE.UU. para apoyar la lucha por los derechos humanos.
Tras su paso por la Argentina y con los contactos obtenidos escribió el libro "Dossier secreto", en el que describe cómo se construyó y se desarrolló lo que define como "el mito de la guerra sucia", en la que no hubo dos ejércitos luchando entre sí, pero sí varios traidores e informantes.
Andersen compartió sus conocimientos sobre Montoneros ayer durante una conversación telefónica con LA NACION desde Washington
-¿Es posible que haya habido algún entregador en la contraofensiva de Montoneros, como sospecha el Juez Bonadío?
-No tengo datos precisos sobre la segunda contraofensiva y la participación de Firmenich en ella, pero sí sé que de los tres que están bajo la lupa es Firmenich quien tiene antecedentes de haber colaborado antes con los militares.
Se supone que si siguió como Jefe Montonero es muy probable, casi una certeza, que si hubo entrega de esa gente, Firmenich sea el culpable.
Es más, si uno lee las declaraciones de gente como el poeta Juan Gelman o incluso Miguel Bonasso ahora, ambos dicen que la contraofensiva era muy disparatada y uno tiene que preguntarse entonces a qué jugaban, a qué fin apuntaban al lanzar semejante disparate.
-¿Qué define como "colaborador", a un doble agente, a un miembro de los servicios de inteligencia? -
Firmenich trabajaba como informante, que es la palabra que utilizó Sher (Robert, delegado del FBI en Buenos Aires en aquellos años) hablando conmigo.
Firmenich, por lo menos desde 1973 era informante del Coronel Alberto Valín, quien llegó a ser el Jefe de Inteligencia Militar de la Argentina, y también era socio de la administración Reagan en América Central con los "contras".
Además, y como consta en "Dossier Secreto", hice toda la argumentación circunstancial en contra de Firmenich y hablé con Sher al respecto.
Me carteé con él y mantengo dos cartas, de las que puedo entregarle a Bonadío copias fieles, con su firma. Allí él insiste en que Firmenich era informante.
-¿Por qué Firmenich, según usted, llegó a ser informante?
-Por el viraje de los Montoneros en 1973 hacia la ultraizquierda. La gente tiene una óptica ahora...
Mentalizaron mucho la propaganda militar, pero Montoneros no empezó como un grupo de corte izquierdista, sino como nacionalista católico que llegó a tener ciertas características de la izquierda porque alguna de su gente se entrenó en Cuba, pero no fue hasta que se fusionaron con las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) que llegó a ser lo que se identificó como la "guerrilla peronista-marxista".
Si uno ve, además, todos los muertos que hubo en la cúpula (de Montoneros) tienden a ser muchos más los marxistas que los nacionalistas católicos como Firmenich y compañía.
- Que sobrevivieron...
-Sí. Firmenich sobrevivió a tres tandas de dirigencia montonera.
La primera, la de los fundadores, la que estuvo en la década del 70 y también la que se fue al exilio. Es el único sobreviviente que quedó en la cúpula desde el principio de Montoneros.
-¿Eso tuvo repercusiones en la familia de Firmenich? -La mujer de Firmenich fue detenida en Julio de 1976, inmediatamente después de la voladura de Coordinación Federal.
Sher dijo que la vio en la cárcel y que no fue torturada ...
Pudo dar a luz al hijo de Firmenich, ese bebé no fue sustraído y ella sale del país con pasaporte legalizado, con su hijo y con Galtieri (Leopoldo por entonces jefe del Ejército) presente, antes de Malvinas.
Ahora, ¿cómo se explica eso?
Además, el padre de Firmenich afirmó que ni él, ni su familia, nunca fueron molestados por el Proceso y que él siguió trabajando para el Brigadier Cacciatore (Osvaldo, Intendente porteño durante la dictadura).
-¿Entregaba información que podía derivar en la muerte o desaparición de montoneros?
-Sí, supongo que sí.
-Usted cita, como ejemplo, cómo ocurrió la muerte de...
-Mario Roberto Santucho, sí.
Sher me dijo que él tenía entendido que Firmenich tenía que ver con su muerte.
También hablé con uno de los cabecillas del ERP, Luis Martini, que en 1987 me dijo que no le cabía ninguna duda que fue por ese lado. Me dijo que tenía la certeza que la infiltración venía por parte de Montoneros y que Firmenich estaba detrás.
(PUBLICADO EN EL DIARIO LA NACIÓN DEL 16/08/2003)
¿ Por qué asesinaron a Elena Holmberg en 1978 ?
Sus hermanos apuntan a Massera
Por Jorge Camarasa
La diplomática argentina Elena Holmberg fue secuestrada y asesinada por grupos operativos de la Escuela de Mecánica de la Armada, que cumplían órdenes del ex almirante Emilio Massera.
Esta es la hipótesis del libro "Elena Holmberg. Historia de una infamia", escrito por sus hermanos, difundido en estos días, y que se convierte en otro testimonio de vital importancia sobre los años del último gobierno militar.
Si bien señala que una "conjura de silencio" impidió conocer exactamente lo sucedido, la hipótesis, sostenida por primera vez con tanta contundencia, constituye la tesis central del libro, que reconstruye los pormenores del secuestro, el asesinato y la frustrante investigación que finalmente no arrojó culpables.
Para fines de 1978, cuando Holmberg fue secuestrada en Buenos Aires, Massera sospechaba que había accedido a información que lo comprometía, plantea el libro. Sobre todo, su pertenencia a la entonces desconocida logia masónica Propaganda Due, que dirigía el "venerable" Licio Gelli, y sus relaciones con jefes montoneros en el exilio, de quienes presuntamente recibía dinero.
A casi 25 años del Golpe de Estado del 24 de Marzo de 1976, el relato repasa uno de los crímenes más escandalosos cometidos durante la última dictadura militar.
Holmberg, cuyo cuerpo apareció flotando en las aguas del río Luján, en el Tigre, el 23 de Diciembre de 1978, había revistado como personal de la Embajada Argentina en París hasta pocas semanas antes de su secuestro.
La capital francesa iba a ser su primer y último destino en el exterior, y desde allí había accedido a ciertas informaciones que la llevarían a la muerte.
"Elena sabía todo sobre Massera, y la hipótesis del libro es que la mandó a matar él", dijo ayer a La Nación Eugenio Holmberg, uno de los seis hermanos de la diplomática, sobre quien recayó buena parte de las gestiones que la familia hizo para tratar de salvarla.
En París, Holmberg había asistido a la formación del Centro Piloto, un organismo creado por los marinos de la ESMA, que con el pretexto de contrarrestar la "campaña antiargentina" y vigilar a los exiliados servía para fomentar el proyecto político personal del entonces almirante Massera.
Durante la investigación judicial del asesinato, su superior en París, el embajador Tomás de Anchorena, admitió que "advertimos que los oficiales de Marina Vilardo y Yon (del Centro Piloto) se dedicaban más a servir los intereses políticos del almirante Massera que a cumplir los objetivos de información previstos", según puntualiza el libro.
Esta situación había provocado fricciones entre los marinos y la diplomática, y por presión del Jefe de la Armada, Holmberg fue trasladada a Buenos Aires a mediados de 1978.
Para cuando regresó al país, Holmberg, de 47 años y con hermanos y tíos militares, entre ellos el ex presidente Alejandro Agustín Lanusse, ya sabía cosas que le costarían la vida.
Holmberg fue secuestrada por dos hombres a las ocho de la noche del 20 de diciembre de 1978, a las puertas de un garaje de la calle Uruguay, entre Santa Fe y Marcelo T. de Alvear.
Según sabrían luego sus hermanos de boca del jefe de la Policía Federal, el general Ojeda, "en este episodio se ven las manos de Chamorro (el almirante que dirigía la Escuela de Mecánica) y de los delincuentes de la ESMA, que se creen los dueños del país".
Ese sería el primero de una serie de indicios que la familia Holmberg acumularía en los días siguientes al secuestro, y que incluirían elípticos comentarios como el del general Roberto Viola ("la investigación no puede avanzar ante paredes que se levantan y factores que impiden ese avance") y una tajante opinión del ministro del Interior, Albano Harguindeguy, que luego diría no recordar: "Esto es cosa de ese negro hijo de p... de Massera".
Según declararon en la causa por el asesinato Gregorio Dupont y Gustavo Urrutia, dos compañeros de Holmberg, la diplomática habría dejado saber que tenía una foto de Massera con Firmenich en París, presumiblemente durante un encuentro que ambos habían mantenido en el Hotel Intercontinental de la capital francesa.
Holmberg también habría estado al tanto de viajes clandestinos de Massera a Francia, Rumania e Italia, y de una misteriosa empresa que, en las afueras de París, tenía un ex dirigente de Udelpa, que habría servido para encubrir negocios del almirante.
En "Historia de una infamia", los hermanos de Elena Holmberg vinculan el asesinato de la diplomática, además, con los crímenes de los periodistas Horacio Agulla y Fernández Pondal, y del embajador argentino en Venezuela Héctor Hidalgo Solá.
Los dos periodistas y el diplomático sabían lo mismo que Holmberg: que el jefe de la Armada negociaba con los Jefes Montoneros, y que éstos le habrían dado 1.400.000 dólares para ayudar a financiar su afiebrado proyecto político.
(NOTA DE NH : LOS JEFES MONTONEROS ERAN RICOS YA QUE HABRÍAN COBRADO INCREÍBLES SUMAS DE DINERO POR PROVEER DATOS DE SUS SUPUESTOS "COMPAÑEROS" AL GOBIERNO MILITAR )
El libro, sin mención específica de autor ni de editorial, recorre el expediente de la causa, relata las gestiones familiares para dar primero con la secuestrada y luego para esclarecer su muerte, y termina con una apelación intimista:
"Han pasado 20 años desde tu asesinato, y las insólitas consideraciones del general Viola sobre "la conjura de silencio", "las paredes y factores actuantes" y tantas otras excusas tan pueriles como inadmisibles han logrado impedir que se identifique a los autores de tu asesinato que, sin duda, son los mismos que perpetraron los crímenes de Hidalgo Solá, Agulla, Fernández Pondal, Dupont y tantos otros que quedaron en el anonimato". .
PUBLICADO EN EL DIARIO LA NACION DEL 22/02/2001
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