SE ESCRIBIERON MILES DE PÁGINAS DISCUTIENDO SI, JUNTO A MACRI, EL PAPA FRANCISCO TENÍA "CARA DE" : TRISTEZA, FRIALDAD Ó AMABILIDAD
ALGUNOS RELACIONARON LA "CARA DE CANSANCIO" DE FRANCISCO CON LA "FIEBRE" QUE SUFRIÓ EL PAPA DURANTE EL INVIERNO ITALIANO
EL RESPALDO DEL PAPA FRANCISCO A LOS GOBIERNOS CHAVISTAS Y SUS FOTOS SONRIENDO CON LOS CORRUPTOS, NO TUVO NINGÚN EFECTO POSITIVO EN LAS ÚLTIMAS ELECCIONES DE LATINOAMÉRICA NI EN LOS JUZGADOS
EN EL ARTÍCULO DEL PERIODISTA TENEMBAUM NO SE HABLA SOBRE LA NOTICIA DEL DIARIO "CRÓNICA", ACERCA DE LOS "FIELES" TOCÁNDOLE EL "TRASERO" AL PAPA FRANCISCO
SI EL TEMA LE INTERESA, VÉALO EN :
01/03/2016
EEUU, Vaticano y Argentina
Recibe varios premios Oscar y ovaciones una película contra la corrupción en el Vaticano
El Papa Francisco, ¿ está desnudo ?
Con el declive del Chavismo, llega el derrumbe del Papa Francisco
Por Ernesto Tenembaum, Periodista
En la madrugada del Lunes, durante la muy popular
entrega de los Oscar, el Papa Francisco fue mencionado y no de la manera más
agradable.
Michel Sugar, el productor de la película ganadora, "Spotlight", al
recibir la estatuilla, dijo:
"Este film le dio voz a los sobrevivientes, y el
Oscar amplifica esa voz que, esperamos, se transforme en un eco que resuene en
el Vaticano. Papa Francisco: es tiempo de proteger a los niños y restaurar la
fe".
"Spotlight" cuenta de manera despojada, como si se tratara de las mejores
obras de Costa Gavras, la historia del grupo de periodistas del Boston Globe que
descubrió los cientos de casos de violaciones de niños por parte de sacerdotes,
en la ciudad que da el nombre al diario en el que trabajaban.
Naturalmente,
cualquier Argentino que vea "Spotlight" va a recordar el caso Grassi, pero eso
no nos hace especiales: en casi todos los países los espectadores asociarán con
un caso que les toca de cerca.
El Papa Francisco ha prometido que curaría estas
heridas, pero el escándalo empieza a afectarlo porque al menos tres de los
Obispos de su confianza -entre ellos el Cardenal Australiano George Pell, a
cargo de las finanzas de la Santa Sede-están acusados de haber protegido a
abusadores.
Curiosamente, y tal vez en ello radique su notable habilidad, los
líderes del mundo coinciden en la conveniencia de respirar, al menos por un
ratito, el mismo aire que él, como si acercarse al Sumo Pontífice cubriera al
visitante con un halo de santidad, o alguna otra extañeza por el
estilo.
Víctima de ese equívoco, el Presidente Mauricio Macri sufrió el fin de semana un evidente destrato.
Macri asistió al Vaticano luego de una trabajosa
negociación, tras varios gestos públicos del Papa que daban cuenta de lo obvio:
Francisco no lo quiere a Mauricio.
El Papa envió el famoso Rosario a Milagro
Sala, se dejó tomar fotos casi como amigote de Guillermo Moreno, pero ningún
gesto fue tan relevante como el silencio con el que (no) saludó el triunfo
electoral de Cambiemos.
El Sábado, el Papa coronó la seguidilla al recibir a Macri con
una evidente expresión de disgusto y despedirlo luego de apenas 22 minutos.
Un
día antes, Francisco había saludado con una enorme sonrisa a Kevin Systrom, el
creador de la red social Instagram, donde cientos de miles de adolescentes se
exhiben diariamente en poses sensuales para atraerse los unos a los otros.
A partir del desaire se reavivó un espectáculo que, en realidad, había iniciado el 13 de Marzo de 2013, cuando Bergoglio se hizo Papa.
La prensa privada,
mayoritariamente, intentó disimular con títulos lo que se veía en las fotos: el
Papa no sonreía.
Mientras tanto, en las redes sociales se hablaba de lo que se
veía: el Papa no sonreía.
Los diarios del mundo empezaron a reflejar lo mismo.
"El Papa recibe a Macri sólo 22 minutos y con gesto frío", tituló El País de
Madrid.
La dirigencia oficialista no sabía qué decir mientras estallaba la
algarabía Kirchnerista.
Luis D Elía, por ejemplo, posteaba fotos donde el Papa
reía con Cristina Fernández y se preguntaba: "¿ Con quién ríe Francisco ?"
La tristeza de unos y la alegría de otros parte del mismo supuesto: es necesario ser querido por el Papa, al costo que sea.
Como en tantos otros temas
-inflación, cortes de luz, devaluación, ganancias, presiones a la prensa,
corrupción, gatillo fácil-la excitación le impide a los restos del Kirchnerismo
recordar su propia historia.
La designación de Jorge Bergoglio como Papa produjo
uno de los barquinazos más tristes de la docena de años Kirchneristas.
Hasta ese
día, Bergoglio era tratado como un colaboracionista de la dictadura militar.
Luego, se transformó en un prócer (K).
Cristina Fernández (de Kirchner) había mantenido sólo una
entrevista formal con él.
Desde la unción, lo visitó seis veces, y se hincó en
la Catedral a la que no había asistido antes.
Los seguidores de la ex Presidenta borraron los tweets
donde acusaban a Bergoglio de aquellos crímenes y los remplazaron por melosas
declaraciones de amor.
O le perdonaban los delitos (a Bergoglio) porque ahora tenía mucho
poder, o los habían simplemente inventado. En cualquier caso, era claro que esos
crímenes se agitaban u olvidaban según la conveniencia.
Mientras tanto, la oposición celebraba la elección de Francisco como el triunfo político que no podía obtener en las urnas. Él podría hacer lo que ellos no: frenar a Cristina.
El Papa es nuestro, decían los opositores.
El Papa es mío, decía Cristina Fernández (de Kirchner).
A esa carrera loca se sumaron algunos colegas, a un lado y otro de la grieta.
Desde aquel Marzo del 2013, las relaciones con el Papa han dado un giro Copernicano, para citar un adjetivo que no siempre fue del agrado de la Santa Sede.
Si por entonces el Kirchnerismo estaba perplejo y los
opositores de aquellos tiempos felices, ahora ocurre lo contrario.
¿ Se justifica tanta desesperación por la bendición papal ?
A decir verdad, no hay manera de establecer una relación directa entre el cariño de Francisco y la popularidad.
Así lo atestiguan los desempeños políticos de Martín Insaurralde,
Julián Domínguez, Daniel Scioli, y la diregencia Camporista: todos tuvieron su
ansiada foto con el Papa y les fue realmente mal.
Lo mismo ocurrió con Cristina (Kirchner) desde que empezó a viajar a Roma.
El notable periodista Gustavo Grabia se burló
durante todo el año pasado del "Papismo" que dominaba la escena política
Argentina.
Grabia sostenía, Dios lo perdone, que Francisco era mufa.
Además de
esos hechos sumaba una lesión de Del Potro luego de visitarlo, otra del Pupi
Zanetti, y el choque que sufrió el barco Francisco, de la empresa Buquebús, días
después de haber sido bautizado.
En defensa del Papa, claro, hay que decir que
San Lorenzo salió campeón de América, aunque en esa pelea también juega Marcelo
Tinelli, que seguramente aporta lo suyo.
Pero más allá de los discutibles resultados de acercarse a Francisco, la peregrinación de la dirigencia política Argentina hacia el Vaticano omite algunos temas serios.
La nomenclatura Católica
está envuelta en una cadena interminable de escándalos financieros y morales,
para no mencionar sus cruzadas contra el divorcio vincular, la interrupción del
embarazo no deseado -aun en casos de violación de mujeres discapacitadas-, la
distribución de preservativos para prevenir el SIDA o el matrimonio igualitario.
¿ Qué razón habría para someterse a una humillación por parte del jefe de todo
eso, sea esa humilación recibida con una sonrisa paternal o con un gesto de
fastidio ?
¿ No sería hora de crecer y tratar al Papa como lo que es: un hombre de
poder, con el que se deben mantener vínculos en condiciones de respeto mutuo y
de igualdad, con quien a veces hay que pulsear y otras acordar, y frente al cual
no es necesario postrarse ?
Como todo líder, Francisco puede ser descrito como un ángel o como un demonio, y seguramente no sea ninguna de las dos cosas.
Hay testimonios que recuerdan la complicidad (de Bergoglio) con la dictadura como otros que
destacan su solidaridad personal con algunas víctimas.
Ha sido un pastor piadoso
y solidario con las víctimas de Cromagnon y de Once, y también con el sindicato
Amar, que nunclea a las trabajadoras sexuales, como un apoyo indispensable al
movimiento de curas villeros.
Pero fue también muy cruel durante su campaña
contra el matrimonio igualitario y cuando exigió que se prohibieran muestras de
arte porque exhibían una imagen de Cristo que a él le disgustaba.
Todavía debe,
además, una aclaración respecto de su conducta, como mínimo errática, durante el
desarrollo del caso Grassi (un sacerdote violador, según la Justicia).
En Octubre pasado, le preguntaron su opinión sobre
las acusaciones de encubrimiento del abuso infantil contra el Obispo Chileno
Juan Barros.
"Piensen con la cabeza y no se dejen llevar por acusaciones infundadas de los zurdos", respondió (el Papa).
De sus últimas expresiones públicas, se puede deducir que (el Papa Francisco) se siente cerca de los sectores Kirchneristas más duros.
Pero tampoco eso es claro, porque su estilo de comunicación hace honor a la ambigüedad que caracterizó siempre a su organización :
No dice lo que piensa, envía señales.
En todo caso, es su problema.
Nadie obliga a Macri, a Cristina, ni a nadie a desesperarse por interpretarlas.
La mirada social del Papa, podría ser un aporte importante al equipo Macrista, o una presión muy útil. Pero si no la quiere ejercer, tiene toda su libertad de remplazarla por el destrato del Sábado.
En el fascinante libro "De animales a dioses, breve historia de la humanidad", el historiador Yuval Harari intenta determinar qué factor transformó al hombre -ese simio de aspecto endeble-en la especie más poderosa del planeta y concluye que fue su capacidad de hablar sobre cosas que no existen.
Los países, el código de Hammurabi, la declaración de independencia de Estados Unidos, el viejo testamento, las multinacionales, el dinero y Dios son convenciones, creaciones fantásticas, que han permitido a millones de humanos que no se conocen entre sí colaborar en pos de objetivos comunes.
Sólo el "homo sapiens" tiene esa capacidad infinita de creer en mentiras y eso, para bien o para mal, nos ha permitido ser los dueños del planeta.
La función de esos relatos explica, tal vez, su persistencia en el tiempo, el peligro de cuestionarlos, el fanatismo de quienes los defienden.
Como todos, tal vez más, tal vez menos, el Papa está desnudo, es decir, tiene la autoridad que los demás le confieren.
Solo que, como ocurría en aquel célebre cuento, nadie se atreve a decirlo.
Al fin y al cabo, es el Papa.
Y hasta donde se sabe, el Papa siempre va vestido.
"Piensen con la cabeza y no se dejen llevar por acusaciones infundadas de los zurdos", respondió (el Papa).
De sus últimas expresiones públicas, se puede deducir que (el Papa Francisco) se siente cerca de los sectores Kirchneristas más duros.
Pero tampoco eso es claro, porque su estilo de comunicación hace honor a la ambigüedad que caracterizó siempre a su organización :
No dice lo que piensa, envía señales.
En todo caso, es su problema.
Nadie obliga a Macri, a Cristina, ni a nadie a desesperarse por interpretarlas.
La mirada social del Papa, podría ser un aporte importante al equipo Macrista, o una presión muy útil. Pero si no la quiere ejercer, tiene toda su libertad de remplazarla por el destrato del Sábado.
En el fascinante libro "De animales a dioses, breve historia de la humanidad", el historiador Yuval Harari intenta determinar qué factor transformó al hombre -ese simio de aspecto endeble-en la especie más poderosa del planeta y concluye que fue su capacidad de hablar sobre cosas que no existen.
Los países, el código de Hammurabi, la declaración de independencia de Estados Unidos, el viejo testamento, las multinacionales, el dinero y Dios son convenciones, creaciones fantásticas, que han permitido a millones de humanos que no se conocen entre sí colaborar en pos de objetivos comunes.
Sólo el "homo sapiens" tiene esa capacidad infinita de creer en mentiras y eso, para bien o para mal, nos ha permitido ser los dueños del planeta.
La función de esos relatos explica, tal vez, su persistencia en el tiempo, el peligro de cuestionarlos, el fanatismo de quienes los defienden.
Como todos, tal vez más, tal vez menos, el Papa está desnudo, es decir, tiene la autoridad que los demás le confieren.
Solo que, como ocurría en aquel célebre cuento, nadie se atreve a decirlo.
Al fin y al cabo, es el Papa.
Y hasta donde se sabe, el Papa siempre va vestido.
Fuente :
http://www.cronista.com/columnistas/El-Papa-esta-desnudo-20160301-0027.html
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