25 de agosto de 2013

BOLIVIA - INDIGENTES - EL REINO DE LA CLEFA Y OTRAS DROGAS ''PARA POBRES'' - LA VIDA DE LOS INDIGENTES EN PLENA CRISIS ECONÓMICA BOLIVIANA




25/08/2013



LA CLEFA ES UNA SUSTANCIA ALUCINÓGENA EN BASE A NAFTA (GASOLINA)



BOLIVIA - INDIGENTES 


SIN PROTECCIÓN, NI PAREJA PERMANENTE Y EN MEDIO DE LA CLEFA, SUCEDEN HISTORIAS DE DOLOR



Historias detrás del embarazo indigente
 


Por  RocÍo Zabaleta   cochabamba@opinion.com.bo




Las madres tienen a sus bebés en las calles, a veces por poco tiempo, por la intervención de las autoridades



El invierno y las bajas temperaturas obligan a los grupos de jóvenes droga-dependientes a dormir en conjunto, en las calles, bajo los puentes. Ahí se producen los embarazos en condiciones de anonimato porque se dan a partir de la no identificación de la pareja.

“Antes nos habíamos conseguido un kiosco abandonado para dormir, todos estábamos bien ahí, pero un día vinieron los de la Alcaldía con la Policía y destrozaron todo, nos botaron y se reían de nosotros cuando empezamos a llorar.

A nadie le hacíamos daño en ese kiosco, era el único lugar caliente que encontramos y no entiendo por qué han hecho eso, ¿ acaso los vecinos son tan malos para enojarse porque tengamos un techo ?

Nos botan de todo lado, somos feos dicen y que damos inseguridad a la zona, pero ¿ no hay un lugar para nosotros ?, se pregunta Marcela, una niña en situación de calle.

La Organización Mundial para la Salud, OMS, dio un informe. Refleja la experiencia institucional de Mosoj Yan, una institución que trabaja con este sector en situación de calle, señala que las probabilidades son muy reducidas en adolescentes madres que se reinsertan social y productivamente, por la falta de autoestima y de oportunidades.

Las adolescentes embarazadas se someten al vejamen sexual y a la violencia de forma cotidiana indica Freddy Rojas.

La mayoría de la población con la que trabaja tiene marcas hechas por navajas, por quemaduras o por heridas sin curar, son como marcas de la violencia y como huellas del alma que se eternizan en sus cuerpos señala el especialista.


ELIZABETH :


Tengo casi 18 años, tres hijos he tenido, la primera la tuve cuando tenía 13 años más o menos, pero vino la Prefectura y me la quitó, me dijeron que la dieron en adopción a una pareja de gringos y nada más , sólo eso.

Hace tiempito la pude ver en la calle, de lejos como ladrona la he mirado, esta limpiecita, vestida bien….pero he llorado de rabia porque ella ya no me reconoce y porque sé que nunca la voy a recuperar dice Elizabeth, que no quiere acordarse de su apellido.

Sigue su relato indicando que su segundo bebé murió aplastado por la noche, “recién nacido estaba, pero no nació bien, temblaba y se sacudía y para que se le pase le abrazaba fuerte y una noche que hacía frío y todos estábamos juntos cuando me desperté mi niñito estaba tieso, le he aplastado sin darme cuenta”.

Finaliza mostrando orgullosa a su tercer bebé, tiene casi un año, vino cuando ya pensaba que no podía tener más hijos, “me ha costado porque me dolía, me sangraba cuando estaba embarazada, en la calle grave es estar así, nadie te cuida, pero ahora ya está conmigo, no quiero que se me muera, ni que me la quiten''.

''Tampoco quiero que viva lo que yo he vivido, no quiero que le violen ni que tenga hambre, he dejado de oler clefa por ella, estoy queriendo salirme de mi grupo, ojalá se pueda”.


EMBARAZO EN INDIGENTES


Cuando el embarazo se produce en condiciones de pobreza extrema o indigencia existe un impacto directo en la calidad de vida, no hay posibilidades de desarrollo de la familia ni el asentamiento de las relaciones entre padre y madre y entre hijos y padres.

Difícilmente un indigente puede establecerse con una pareja estable por sus condiciones de sobrevivencia y la dinámica de violencia y drogas o alucinógenos que rodea al individuo en situación de calle indica Freddy Rojas, Responsable del Proyecto Motivación de Mosoj Yan, institución que trabaja con niños y adolescentes en situación de riesgo y en situación de calle.

Antes podía definirse de forma muy clara a la población en condición de calle, pero ahora la dinámica de estos grupos ha cambiado pues entre ellos están niños y niñas que tienen casa, pero que por la falta de afecto o la disgregación de la familia se han unido a los otros grupos.

También están aquellos que rentan un cuarto, pero que en las calles siguen con la relación directa con las drogas, el robo y la prostitución, eso dificulta el trabajo de las instituciones señala Rojas.


Sexo por Protección


Existen visiones diferentes en el concepto de sexualidad, según documentos del UNFPA.

Lo que ha sido planteado como un derecho reproductivo no funciona con esta población señala Freddy Rojas, para las adolescentes es normal el cambio de parejas o experimentar la agresión sexual desde niñas, la naturalización de la violencia y la explotación.

Los grupos de consumidores de clefa se caracterizan por la convivencia grupal en clanes o familias múltiples, que se apropian de un espacio público y están conformados generalmente por 10 a 15 miembros, entre mujeres, varones y niños, la mayoría proviene de familias desintegradas por la violencia y el alcohol o han sido abandonados por sus padres.

Además,  son pobres.

Al ingresar a los grupos se obtiene aceptación y solidaridad como señala Carolina (nombre ficticio) “cuando me salí de mi casa me asustaba pasar la noche en la calle, pero la conocí a María y ella me llevó a la Coronilla y ahí me he quedado, lo mejor es cuando encuentras a alguien que te cuide como a mí el Marco”.

Según el especialista la búsqueda de afecto y de protección precipita la relación con otros miembros de los grupos, se hace pareja no por amor sino por sentirse cuidada, pero estos mismos protectores son quienes las inician en el mundo de la prostitución y del robo, “existe una naturalidad de todo lo que pasa en el entorno, peleas, heridas, enfermedad, asesinato” indica.

Trabajar con adolescentes embarazadas y en situación de calle implica hacerlo en condiciones adversas, existe una situación de consumo de sustancias, adicciones crónicas y todo ello agravado por las condiciones de vida y la falta de un deseo de salir de esa situación, ese es uno de los principales problemas que enfrenta el Centro Motivación de Mosoj Yan, significa Camino Nuevo.˚


Negación del control prenatal a este sector


Las condiciones de marginalidad y pobreza extrema se ven endurecidas por la dificultad de acceder a servicios del Servicio Universal de Salud para esta población de adolescentes gestantes, la mayoría de las instituciones las ven sucias, peligrosas y no les quieren dar atención.

La excepción en Cochabamba es el CIES y el Centro de Salud Cochabamba que tienen programas limitados para atender a estos grupos no hay ninguna otra institución, pero en lo posible las mandamos con una educadora para hacerse algún control indica el coordinador del proyecto Centro Motivación, de Mosoj Yan.

“No sabemos cuándo nos embarazamos, no sabemos si nuestro hijo es varón o mujer hasta que nace, no tenemos carnet de identidad y ningún médico nos atiende en el parto, yo he tenido siempre donde estábamos viviendo con los grupos, ya sabemos entre nosotros como hay que cortar el cordón, pero nada más” cuenta Tatiana, miembro de grupo.

El SEDEGES remite a los niños, a los que encuentra en serio riesgo, a hogares de acogida.

Muchas adolescentes han experimentado la separación de sus hijos en condiciones violentas, después de tener cuatro niños (en promedio) se encuentran solas y pierden por completo la motivación para salir de las drogas y prostitución, vuelven a juntarse con otras parejas y siguen teniendo embarazos sin el control adecuado y en condiciones de pobreza.


COMPROMISOS


El especialista señala que la articulación de políticas gubernamentales para recuperar a esta población es la mejor manera de buscar soluciones, las acciones de todas las instituciones reúnen limitaciones para intervenir y mejorar las condiciones que se les puede ofrecer para desintoxicarse y cambiar de vida.

La migración de los padres y la desintegración de la familia ha dado lugar a gran parte de este fenómeno, “los han dejado en condiciones de abandono, se quedan con familiares o con conocidos, qué pueden hacer si el tío les quema la lengua con cigarro porque cree que hablan cosas que no deben, se van a la calle y sienten más afecto y solidaridad ahí”.


En Latinoamérica uno de cada 4 nacen de adolescente  


En Latinoamérica “uno de cada 4 niños, nacen de madres adolescentes, pero si ese embarazo se produce antes de los 15 años, se duplican las posibilidades de morir durante el embarazo, el parto o los 40 días posteriores”, señala un documento difundido por la Organización Mundial de la Salud.

El mismo informe señala como riesgo el consentimiento familiar para el establecimiento de parejas entre los adolescentes con altos niveles de violencia y de incertidumbre para la mujer, aspecto que reproduce los niveles de abuso, intolerancia y, en algunos casos, muerte de la adolescente a manos de su cónyuge.

No existe una protección de la familia para esas niñas que por alguna razón ingresan en relaciones formales en condiciones de gestación temprana señala el mismo estudio.

El efecto del embarazo adolescente sobre la sociedad es algo que se desconoce o, por lo menos, no se toma en cuenta pues genera una dinámica de pobreza y violencia en la vida de la mujer que es madre tempranamente.

El embarazo la obliga a dejar la escuela y por ende sus posibilidades de desarrollo laboral y profesional son mínimas, la relación de padres a hijos en este tipo de familias es muy compleja por la falta de valores y de madurez de los progenitores además de que los hijos de madres muy jóvenes tienden a reproducir conductas de riesgo vistas en su entorno familiar.


SITUACIÓN


Freddy Rojas de Mosoj Yan asegura que hasta hace dos años el Servicio Departamental de Gestión Social, SEDEGES había cuantificado en aproximadamente 500 el número de niños y adolescentes en situación de calle en Cochabamba.

Ahora es más difícil identificar ese número por lo complejo de las relaciones y formas de convivir de estos grupos, sus expectativas de vida no superan los 35 años.

“He visto morir a algunos de ellos que parecían adultos deteriorados, pero que no superaban esa edad y han muerto por intoxicación, asesinato o golpes”.

''Conozco hasta una cuarta generación de niños y niñas en la calle, pero su realidad poco o nada ha cambiado, siguen sin acceder a políticas públicas de reinserción social''.

''Ellos no tienen acceso a la identidad formal con documentos, no acceden al sistema escolar, a los servicios de salud y experimentan niveles muy grandes de violencia e inseguridad en sus propios grupos indica, “pero el problema es que ellos están cómodos en las condiciones en las que están, no buscan un cambio”.

Añade que el embarazo no planificado es algo muy común en esta población, en muchos casos no existen parejas formales y tampoco el reconocimiento de la paternidad, muchas veces la adolescente embarazada se encuentra completamente sola para asumir el proceso de gestación.

En la experiencia institucional de Mosoj Yan se observa que la edad promedio de embarazo de esta población en situación de gran riesgo es de 13 años, no se dan cuenta hasta que el embarazo ya está avanzado y eso dificulta el reconocer a la pareja.

Las niñas no tienen conocimiento del proceso, por el estado de abandono que sufren desde pequeñas no han tenido a alguien que les enseñe cómo ser madres.

Otro problema es que durante el embarazo siguen con conductas de riesgo, siguen con las drogas, son comunes las enfermedades de transmisión sexual, no existe ningún tipo de protección que puedan usar y el VIH también es un problema, todo eso determina las condiciones en que nacen esos niños, indica (OPINION.COM.BO)





Clefa, tiner y el famoso “soldadito”, las drogas de los pobres en Bolivia


Publicado por Germán Rojas


La crisis económica también es un problema para ellos al momento de conseguir dinero para saciar su vicio


La Paz.- Si bien en Bolivia existen quienes contribuyen al narcotráfico accediendo a drogas “caras” como la cocaína y la marihuana, existe un gran número de personas que pese a la falta de recursos económicos tiene un vicio con el que debe lidiar día a día.

Este grupo humano contó a Radio FIDES que para saciarse consumen inhalantes y los famosos ''soldaditos'', estos elementos son llamados por la policía “drogas baratas o pobres”.

“Nosotros no hacemos daño es el vicio que nos domina y que no lo podemos controlar. Yo he entrado a varios centros de rehabilitación y no quiero rehabilitarme, no puedo dejar el alcohol desde mis 12 años''.

''Muchos vivimos en las calles, trabajamos aquí, todo el momento estamos en la calle, no tengo casa, tengo una esquina donde puedo alojarme, nosotros nos ganamos el pan del día, si algún día tengo que pedirte un peso te lo pido como sea”, contó una de estas personas.

En la ciudad de La Paz los denominados popularmente “cleferos” se concentran para consumir estas drogas baratas y deambulan por inmediaciones de la plaza Alonso de Mendoza, la Pérez Velasco, la avenida del Poeta y la Ceja de El Ato.

Nuestros entrevistados consideran que la causa fundamental para su vicio fueron los problemas familiares con los que debieron lidiar cuando eran pequeños, tal vez por el abandono de mis padres, primero se separaron y luego me abandonaron”, dijo uno de ellos.

Mientras, una de las mujeres del grupo contó que se sentía feliz en las calles, pues las veces que fue internada ya que casi o nada hicieron por ella y lo único que recuerda son los malos tratos y la violencia contra su persona.

Además aprovecharon los micrófonos para denunciar que muchas veces son víctimas de extorsión y represión por parte de los efectivos policiales, quienes utilizando agentes químicos los desalojan de sus lugares de concentración.

“Pero donde podemos ir si no tenemos casas ni familias”, dicen. Asimismo manifiestan que la crisis económica también es un problema para ellos al momento de conseguir dinero para saciar su vicio.

Pese a que niegan que son delincuentes, la ciudadanía opina lo contrario, consideran que debido a la falta de vigilancia estas personas hacen de las suyas.

En la búsqueda del reportaje se identificó que los inhalantes son distribuidos por algunas personas inescrupulosas que vieron un negocio en esta venta ilegal.

Los jóvenes que se inician, hacen de todo para conseguir algún dinero para adquirir los mismos, sin importar la amenaza que presenta para su vida y que ellos mismos se convierten en una amenaza para la sociedad. (Fides)

(Fuente : eju.tv)


Demandas de jóvenes que habitan La Coronilla


Juan de Dios, líder de los jóvenes que habitan en la colina de San Sebastián (inhaladores de clefa), aseguró que el grupo que protege es capaz de portarse bien si la Policía deja de castigarlos y amenazarlos, si dejan de botarlos de un lado y otro.

Junto a su grupo, Juan de Dios elaboró una lista de demandas urgentes:


1 Olla grande

“Pedimos que nos traigan una olla grande y un sartén con unos vasos y platos porque vamos a cocinar para las mamás que vengan a visitarnos, queremos celebrar el Día de la Madre. Tenemos una amiga que nos va a prestar su cocina”.


2 Queremos trabajar

“Pedimos también que por favor nos den baldes y trapos limpios y ese trapeador como trapo para que podamos trabajar; para las mujeres pedimos que nos traigan canastas de dulces para que vendan y con lo que ganen cuiden a los niños”.


3 No tengan miedo

“Necesitamos también que nos traigan frazadas porque hace mucho frío y que estén limpias por favor. Queremos decirles también a todos los que quieran venir a visitarnos que vengan, que no tengan miedo, yo estoy para cuidarlos”.


4 No nos echen

“Pedimos que nos dejen estar aquí (en la plaza San Sebastián), que no nos boten, vamos a estar sentados y quietitos, no haremos bulla, no haremos daño a nadie, sólo no nos saquen”.

(Fuente : radioinfinita.blogspot.com)


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