¿La tierra prometida?

¡ Una cuarta parte de los “Rusos-Israelíes” volvió a Rusia !

ESTADO DE ISRAEL : ¿ LA “TIERRA PROMETIDA” Ó UNA CONSECUENCIA DEL ANTISEMITISMO ?

por Javier Hausler


En Argentina se considera normal que grupos de “habitantes rotativos” (en su mayoría militares) “soporten” un año “viviendo” en la Antártida.

El esfuerzo de pasar un año tedioso en ese lugar inhóspito y desagradable ES UN ACTO DE PATRIOTISMO.

Se supone que un cambio climático podría terminar convirtiendo a la Antártida en un lugar habitable y Argentina podría reclamar su soberanía.

Israel, también parece tener habitantes rotativos.

Si bien en el actual territorio del Estado de Israel ya vivían algunos habitantes que practicaban la religión judía antes de la Segunda Guerra Mundial, la primera gran oleada de inmigrantes judíos a Israel (antes Palestina), llegó escapando de la OLA ANTISEMITA EUROPEA.

En 22.145 Km cuadrados (la pequeña Provincia Argentina de Tucumán tiene 22.524 km cuadrados) viven los casi 8.000.000 de habitantes de Israel.

El Presidente de los Estados Unidos desea reducir aún más la superficie de Israel (según Barack Obama Israel debería tener unos 5.600 km cuadrados menos).

En realidad, enviar a todos aquellos que practican la religión judía a un pequeñísimo territorio, naturamente pobre y rodeado de violentos enemigos constituye UNA IDEA PARECIDA A LA DE HACINAR A TODOS LOS JUDÍOS POLACOS EN EL GUETO DE VARSOVIA.

En el mundo actual, la idea de que todos los ciudadanos europeos de religión judía deban vivir juntos en un país asiático parece descabellada.

De igual modo podrían instalarse a todos los mormones en una isla rodeada de tiburones, o a todos los Cientistas del mundo en algún desierto.

No obstante, debe tenerse en cuenta que el Estado de Israel cumple un importante rol social ya que recibe a ciudadanos de todo el mundo (en su mayoría, de origen judío) que padecen graves situaciones económicas ó persecuciones.

Por ejemplo, durante la Crisis Económica Rusa de la última década del Siglo XX, Israel dio refugio, trabajo, alimentación y vivienda a cerca de un millón de ciudadanos rusos y ucranianos, salvándolos de terribles privaciones.

Sin embargo, casi una cuarta parte de esos ciudadanos de la ex URSS ya retornaron a sus países originales, tal vez tan felices como cuando los “Patriotas” argentinos divisan el barco que los retirará de la Antártida.