EL GOBIERNO DE HITLER
(Crónica del Tercer Reich)
Autor: Erwin Peterseil
Traducción: Javier Hausler
1938
El Nuncio Papal no solía escuchar a los sacerdotes anti-nazis.
Algunos jóvenes y valientes capellanes, que habían criticado duramente al corrupto régimen nazi, estaban en una situación difícil.
No obstante, la resistencia católica contra los nazis se basaba en muchos casos en diferencias existentes contra los gobiernos alemanes desde la época del feudalismo...
Así, por ejemplo, en Bavaria la disputa era por la abolición del sistema de Escuelas Católicas.
Ésta decisión contaba con el apoyo de la mayoría de la población, excepto de quienes pertenecían a los círculos conservadores católicos.
Generalmente, el anti-fascismo católico era sólo la defensa de vetustos privilegios e intereses.
El 14 de enero, Hitler recibió al Ministro de Relaciones Exteriores de Polonia, con el cual tuvo un largo debate.
La “Piedra Fundamental” para la primera de las planeadas 9 Escuelas “Adolf Hitler” (Adolf-Hitler-schulen) se llevó a cabo el 15/1 (N del T: Eran escuelas para la formación de los futuros líderes nazis).
El 17/1 se reunieron el Primer Ministro Yugoslavo Stojadinowic y Hitler. Coincidieron en muchos puntos e hicieron un llamado al diálogo permanente y la confianza mutua.
Durante el mes de Enero, en París, se llevó a cabo una exhibición de los 5 años del Gobierno de Hitler (hetzausstellung).
El 20/1 fueron disueltas en Bavaria varias Organizaciones de Jóvenes Católicos.
El Ministerio del Interior editó un decreto sobre los "schutzhaft".
(N. del T.: Era una prisión preventiva para los “enemigos del gobierno”, quienes solían pasar luego a los “konzentrationslager” (campos de concentración)).
El Ministerio del Interior explicó que la "schutzhaft" era una sanción que llevaba a cabo la “Policía Secreta del Estado” (Gestapo) para defender a toda la población de los subversivos que intentaban poner en peligro la seguridad de la población y el Estado (25 de enero).
La Gestapo actuaba arbitrariamente, en forma abusiva e injusta.
Ninguna defensa podía ejercer el acusado, no habiendo instancia legal donde pudiera discutirse la sanción.
La Policía Estatal y las SS, que serían luego fusionadas, actuaban conjuntamente en investigaciones, preparación de cargos, arrestos y detenciones.
Ya no eran necesarias las órdenes judiciales para legalizar las detenciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario