11 de enero de 2014

URUGUAY - PUNTA DEL ESTE - LLOVIERON ... DÓLARES - UN FRANCÉS ARROJÓ 30.000 DÓLARES AL AIRE PARA LLAMAR LA ATENCIÓN - ANTES HABÍA QUEMADO 10.000 DÓLARES





NO SE SABE SI ES UNA ESTRATEGIA COMERCIAL DEL PUB Ó ES QUE EL CIUDADANO FRANCÉS SE DIVIERTE DERROCHANDO SU DINERO



11/01/2014




EL PUB "DE LA FELICIDAD", DONDE LLOVIERON LOS DÓLARES


Un Francés llegó a un boliche y comenzó a tirar al aire cerca de US$ 30 mil 


Lluvia de dólares desató la locura en el puerto de Punta del Este



"Volaban los dólares. Fue una locura, fue una locura", repite a El País, sonriente, Humberto (19), ayudante de cocina del bar del Puerto, Moby Dick, donde la noche del Viernes un millonario Francés tiró al aire 30 mil dólares


El cocinero agarró US$ 4.000.


Punta del Este | Gastón Pérgola


Eran las 4 de la mañana del Viernes y todo transcurría con normalidad en el pub Moby Dick, ubicado en la zona del Puerto.


Humberto Correa (19), uno de los trabajadores del local, culminaba su jornada laboral, y dudó entre quedarse a tomar algo, como suele hacer, o irse a dormir.


"Justo el día anterior había dormido tres horas, estaba muy cansado. Pero al final me quedé. Creo que fue la mejor decisión que tomé en mucho tiempo", dice ahora a las risas, cansado, pero contento.


Es que mientras Humberto pasaba el rato en la terraza del segundo piso del boliche, con amigos, arribó al lugar un turista Francés, cliente de la casa, que tomó asiento y pidió champagne, del "más caro", contaron empleados del lugar.


Al poco rato, y ya con algún grado de más de alcohol en sangre, el cliente Francés dejó atónitos a todos los que estaban en la terraza del segundo piso del boliche, incluido Humberto, que a esa altura ya pensaba en emprender la retirada.


Mirando hacia los costados, y con movimientos lentos, el hombre extrajo un encendedor del bolsillo de la camisa y un mazo grande de dólares de uno de los bolsillos del pantalón.


Sin mediar palabra y con una sonrisa, el turista Francés comenzó a quemar billetes. 


"La gente lo miraba como diciendo: `no te puedo creer, mirá lo que está haciendo este tipo`. Nadie podía creer lo que estaba pasando ahí. La actitud de él era la de mostrarse, como diciendo: `mirá lo que hago con mi plata, no me importa la plata, porque tengo mucha`. Era esa la pose, cuenta Humberto a El País.


El joven trabajador del boliche, que asegura no le despegó la mirada desde el momento en que comenzó a quemar dólares, afirma que el  Francés llegó a prender fuego unos US$ 10.000.


"Agarraba de a montoncitos de cien y los prendía fuego, no te miento. Los prendía y los soltaba en el aire. La gente se acercaba para ver si efectivamente eran dólares".


DÓLARES AL AIRE


A esa altura, y ante tanto exhibicionismo, uno de los presentes se animó a preguntarle al Francés por qué quemaba billetes y si, efectivamente, eran verdaderos. El hombre, con un castellano torpe, respondió que venía del casino, que había tenido suerte, pero que no le interesaba el dinero obtenido mediante el azar.


Si ya la sorpresa era grande a esa altura, terminó siendo mayor cuando el cliente se levantó de su silla, tomó un mazo grande de dólares en cada mano y se acercó al borde de la terraza, donde abajo, entre sombrillas y mesas, un montón de gente charlaba y tomaba tragos.


Sin mediar palabra, extendió sus manos en alto y miles de dólares comenzaron a volar por el aire. De un segundo a otro, ese mismo lugar donde la gente pasaba distendida se transformó en un hormiguero recién pateado.



"Tiró los dólares al aire. Ahí fue la locura total, la gente se pechaba, se empujaba, queriendo agarrar algún dólar. Se trepaban a las sombrillas a agarrar los billetes que habían quedado ahí. Gracias a Dios nadie salió lastimado", cuenta Humberto, que se hizo de US$ 4.000 y todavía no lo puede creer.


EN EL PISO


Según Humberto, cuando vio que el hombre se paró con los mazos de dólares en las manos y se acercó hasta el borde de la terraza supo enseguida cuál era su intención, y se lamentó de haber estado en el segundo piso y no abajo, sobre la vereda. Sin embargo, el viento y la intuición de saber dónde buscar, lo ayudaron.


"Lorgé agarrar tres billetes de 100 dólares que el viento trajo hacia atrás y mientras todo el mundo atinó a bajar a buscar los dólares, yo me quedé y miré más detenidamente al piso. Estaba nervioso", cuenta el joven.


Tras mirar unos segundos, entre una maceta y un banco encontró un mazo de billetes, todos pegados uno al otro. Eran US$ 4.000.


"Los agarré y me fui al baño, los tiré arriba de la mesada y de los nervios no podía ni contarlos. Salí y todo el mundo comentaba y mostraba los dólares que había agarrado, de US$ 500, US$ 400, US$ 300... cuando vieron lo mío me querían matar... creo que yo tuve un poco más de suerte", asegura Humberto a El País, que ya depositó el dinero en el Banco.


(Fuente : elpais.com.uy)

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