3 de septiembre de 2013

BOLIVIA - COCHABAMBA - POBREZA - EL DRAMA DE LOS NIÑOS ENVIADOS A VIVIR EN INSTITUCIONES PÚBLICAS - LIBRO DE JOVEN QUE VIVIÓ EN ALBEGUE ESTATAL LO CUENTA EN UN LIBRO




03/09/2013



Cinco mil niños, niñas y adolescentes de Cochabamba (Bolivia), impedidos de su derecho a tener familia  


En todo Bolivia son muchísimos más



Bolivia - Cochabamba


Juan Baptista Valda vivió 14 años en ''centros de acogida'' y lo cuenta en un libro 



JUAN CARLOS BAPTISTA VALDA VIVIÓ CATORCE AÑOS EN CENTROS DE ACOGIDA 


PLASMÓ SUS DURAS EXPERIENCIAS EN TRES PUBLICACIONES QUE FUERON PRESENTADAS EN LA GOBERNACIÓN, AYER 


 Por:  MARÍA MENA M. mmena@opinion.com.bo .



En la celebración del “Día por mi derecho a tener familia”, el Servicio Departamental de Gestión Social presentó el testimonio de Juan Carlos Baptista.

Él vivió 14 años en hogares y denuncia la falta de afecto a la que están sometidos cinco mil niños, niñas y adolescentes que no tienen familia.

“Soy testigo de aquellos niños sin padres que viven recluidos en centros del Estado, donde la falta de cariño es común, donde el invierno llega con más fuerza, pues no existe quien nos de nada...de verdad”, dice el prólogo del libro “Testigo”, escrito por Juan Carlos Baptista Valda, quien vivió 14 años en un hogar y alejado de sus padres.

Con esta introducción Juan Carlos quiso demostrar la carencia de afecto, en especial de los padres, que sienten los niños, niñas y adolescentes que viven en los hogares.

Ayer dio a conocer su testimonio en un acto realizado en la Gobernación al recordar el día “Por mi derecho a tener una familia”, que se celebra cada 2 de Septiembre.


TESTIMONIO


Juan Carlos nació en La Paz, pero desde los tres años vivió en un hogar de Potosí, a pesar de que tenía ambos padres.

Su mamá era de escasos recursos y no podía mantenerle, mientras que su padre no quiso hacerse cargo de él.

“Mi padre viene de gente acaudalada y mi madre de gente de pollera. Ese fue el factor para que me institucionalicen”, recordó.

Añadió que la familia de su papá rechazaba a su progenitora, relató Juan Carlos a tiempo de manifestar que necesitaba el cariño y afecto de su madre, pero debido a cuestiones burocráticas era difícil que lo visite con regularidad.

Durante 14 años vivió en dos hogares diferentes. Primero ingresó al “Benjamín Arrueta”, luego al “Potosí” y a los 12 años nuevamente retornó al primer centro.


MUCHOS ABUSOS


En su infancia y adolescencia fue testigo de las agresiones físicas, psicológicas e incluso de abuso sexual dentro de los hogares. Pero, el apoyo de algunos educadores y compañeros le ayudó a superar las dificultades.

Juan Carlos mantiene vivos los recuerdos, el cariño y el afecto que le brindó el educador José Luis Sempertegui, por que le ayudó en su formación.

“De niño no podía comprender por qué me arrebataron al ser más querido que era mi madre”, manifestó.

En ocho oportunidades tuvo la posibilidad de pertenecer a una familia adoptiva, pero había “creado una familia” con los niños que convivía.

“Éramos compañeros de sufrimiento, de amargura y de llanto. No quería irme. No podía borrar y olvidar que tenía padres”, aseguró.


EN LA CALLE


Cuando cumplió 17 años dejó el hogar porque ya tenía la edad necesaria. Ingresó al cuartel, pero cuando culminó su servicio militar no sabía qué hacer y durante dos años vivió en la calle.

Después de esa experiencia se dedicó a estudiar y a los 30 años se casó. Actualmente es padre de dos niños de 11 y ocho años.

Es educador y tiene el firme propósito de ayudar a los niños institucionalizados y a los jóvenes en desventaja social.

“Soy testigo porque soy un sobreviviente de esa falta de cariño desde mis tres años. Todo porque los adultos decidieron por mí sin imaginarse que lo único que yo quería, al igual que mis amigos, hoy mis hermanos, era un hogar con abundante ternura que sólo puede dar una madre”, concluye el prólogo de su libro “Testigo”.


5 mil menores de Cochabamba (Bolivia) viven en centros


En los hogares y centros de acogida del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) viven 5.000 niños, niñas y adolescentes.

Son datos del 2012 y fueron publicados ayer a tiempo de recordar el día “Por mi derecho a tener una familia”, en un acto realizado en la Gobernación.

Para la responsable de la Red Por el derecho a tener una familia, Rosa Sarzuri, cada año la cifra de menores que viven en hogares aumenta.


LAS CIFRAS


Sarzuri señaló que el 2007 Santa Cruz era el departamento con el mayor número de niños y niñas en hogares con 7.000 y Cochabamba estaba con 3.000.

El 2009 la cifra de Cochabamba subió a 3.119 y el 2012 a 5.000.

Frente a esta situación Sarzuri llamó a la reflexión a las instituciones que trabajan con los niños para que trabajen en la reinserción.

“Si bien tienen comida y ropa eso no lo es todo. Es preferible no tener esas cosas y vivir junto a nuestras familias de origen”, dijo expresando el sentir de los niños, niñas y adolescentes que viven como institucionalizados en los hogares.


Opiniones


Jeanet Orellana S.

Directora Sedeges


Es una actividad para celebrar “Por mi derecho a tener una familia”. El Servicio Departamental de Gestión Social tiene la misión y visión de promocionar el cumplimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes en los hogares.


Rosa Sarzuri

Repte. Red Por el derecho a tener una familia


La mayoría de los niños que ingresa a los centros de acogida no tienen ninguna documentación. Que un niño no tenga su certificado de nacimiento nos dificulta en inscribirle a la escuela.


Sonia Ugaldo

Trabajadora Social


Tenemos niños sanos y niños con VIH.

Todos son tratados de forma integral.

Se los estimula en todas las áreas. Van a la escuela y tienen todo el apoyo.


Marisol Sánchez Pezo

Psicóloga


Los menores llegan asustados y tardan semanas o meses en reintegrarse porque vienen del maltrato y del abandono.

Necesitan mucho amor y paciencia. Ellos hacen muchas preguntas sobre su situación.


Ruth Antezana

Trabajadora Social


La acogida de los pequeños en los hogares trae consecuencias como transtornos de sueño y retrasos en la escuela.

Algunos reciben maltratos de los educadores y de sus compañeros.


(Fuente : opinion.com.bo)

1 comentario:

  1. Personalmente. Yo tenía compañeros de colegio del hogar arrueta. Chicos. Muy. Estudiosos. Cuando era niña no era consciente de todo lo que significaba un hogar. de agogida a a estos niños.

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