17 de octubre de 2012

ARGENTINA - TUCUMÁN : KIRCHNERISMO REPARTE PENSIONES POR DISCAPACIDAD ENTRE SUS PARTIDARIOS ... PERO SE NIEGA A DÁRSELAS ... A LOS DISCAPACITADOS



17/10/2012


Necesita nuestra ayuda hasta que el Estado deje de hacerse el distraído


Adrián Pasteri quedó cuadripléjico hace 11 años


Reclama lo que es justo, pero el Gobierno le da solo promesas 


Por  Raquel Carlino


Adrián Pasteri hace 11 años tuvo un desafortunado accidente.

Jugando en la pileta en una reunión con amigos, en uno de los saltos dio de lleno con el fondo de cemento.

Desde entonces es cuadripléjico y solo puede mover y sentir su cabeza. 

Hoy tiene 32 años. Su vida se limita a su casa, ya que no puede trasladarse debido a las secuelas del accidente, que lo hacen permanecer casi todo el tiempo en su cama. Es Técnico Electromecánico. Se recibió en la Escuela Técnica Nº 2 de Tucumán y su pasión es la computadora, que es su ventana al mundo.

Adrián ha encontrado gracias a Internet la posibilidad de dar a conocer su historia.

Así es como yo lo conocí -hasta ahora, aunque quedamos en vernos la semana que viene-.

Dimos con él mediante un grupo en Facebook al que nos invitó una amiga en común, quien pedía desesperadamente una ayuda para esta familia. Y no era para menos. 

Adrián está… ¿cómo decirlo? Cansado, frustrado, embolado. Está harto y tiene toda la razón. Como si no tuviera suficiente, está pasando por un momento muy bravo y siente que no da más.

En lo de los Pasteri viven la mamá, que es jubilada como ama de casa y cobra 1.800 pesos por mes, el papá (jubilado de las ex Bodegas y Viñedos Giol y que cobra 1.800 pesos mensuales) su hermano mayor, que también es discapacitado, y Adrián. Los dos últimos cobran una asignación por hijo discapacitado de cerca de mil pesos cada una.

Hagamos cuentas. Adrián necesita una persona para su atención que le cuesta 3.000 pesos cada mes. Como su papá en Mayo se quebró un brazo y hace poco se quebró el otro, ya no lo puede seguir ayudando como siempre, así que necesita otra persona más. Además tiene que comer, comprar medicamentos, vivir. 

El manoseo al que ha sido sometido Adrián no tiene comparación.

En el año 2005 le propusieron a través de la Defensoría del Pueblo ponerse en contacto con la Comisión Nacional de Discapacidad para que le entregase una computadora adaptada a sus necesidades.
Inició los trámites y luego de cuatro años se hartó de los papeles. 

Un sacerdote lo puso en contacto con el entonces legislador Renzo Cirnigliaro, quien planteó su caso en nuestra Honorable Legislatura. Adrián necesitaba una vivienda adaptada a las necesidades de su familia.

En 2009 el Area de Discapacidad de la Legislatura le dio una PC muy básica, que afortunadamente hoy pudo cambiar por sus propios medios.

Habiendo dejado ya la función pública, Cirnigliario volvió a hablar con sus antiguos pares para ver qué se podía hacer por Adrián. La entonces Ministra de Desarrollo Social Beatriz Mirkin tomó las riendas del asunto y le dijo que ella se iba a hacer cargo. 

“Vinieron del Ministerio y las obras empezaron. Pero en un momento me dijeron que habían calculado mal los materiales y que no podían seguir. Me dejaron con paredes de 1,10 metro de altura.”

Tuvo entonces que conseguir los materiales por su cuenta por unos 50.000 pesos que hasta el día de hoy sigue devolviendo.

“Me ayudó de manera desinteresada gente que me regaló muebles o electrodomésticos, pero el material para la obra lo compramos nosotros, mientras que la mano de obra fue aportada por Desarrollo Social". 

"Todavía seguimos pagando el crédito cuando me habían prometido que me iban a devolver la plata.
Encima un día vinieron del Ministerio con el tupé de que les firmara el final de obra. Les dije que lo haría cuando me devolvieran lo que gasté”. No regresaron. 

Adrián y su hermano mayor tienen certificados nacionales de discapacidad. Ahora están haciendo más trámites para poder gozar de alguno de los beneficios que marca la Ley de Discapacidad. “Esto llevaría unos nueve meses, según me explicó la asistente social del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación que está viendo nuestro caso. El problema es que no podemos quedarnos ese tiempo sin percibir la asignación y sin obra social”.

“Quiero lo que me corresponde por ley. Algunos creen que es un capricho, pero yo voy a seguir luchando por mis derechos como hasta ahora, aunque a veces es mucho. Todo se ha complicado últimamente con los problemas de salud de mi viejo, que se tiene que dedicar a descansar y ponerse bien”.

Los amigos de Adrián le dicen “León”, porque no para de pelearla. Sin embargo, a veces no sabe qué hacer. Como si no fuera bastante por lo que tiene que pasar, el Estado se hace el tonto con él y su familia.

“Mucha gente me sigue ayudando, con aliento hasta con cuestiones económicas. Mi situación se complicó realmente desde que mi papá se fracturó y está delicado, más allá de que yo también he tenido problemas de salud.”

El León no se detiene pero necesita que alguien lo alivie. “No me interesa la dependencia total del Estado".

"Puedo trabajar, uso la computadora como cualquier persona normal, solo que utilizo mi voz. Puedo hacer muchas cosas y creo que hay gente que tiene un puesto en la repartición pública que hace mucho menos de lo que podría hacer yo”.

Adrián también quiere aprender diseño, inglés y programación web, pero no puede trasladarse a un centro de estudios. Está a la espera de una cirugía reconstructiva, que está pospuesta por todos los problemas con los que tiene que lidiar actualmente.

Mientras Adrián sigue luchando por un poco de justicia y dignidad para su familia, las necesidades no se evaporan por arte de magia. Si creés que podés ayudarlo en algo, le podés escribir a adrianpasteri@hotmail.com o buscarlo en Facebook como Adrián Gustavo Pasteri.


(Fuente : contexto.com.ar)

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